8 mayo, 2015
Recuerdo mi trabajo en una organización sin ánimo de lucro, tenía un jefe apasionado, dedicado y bastante competente; Aunque tenía cosas que no compartíamos (como es normal), me hacía sentir que mi trabajo en esa empresa valía la pena. Trabajábamos para incentivar la agricultura y la ganadería, con proyectos bastante interesantes con un impacto en la productividad de la región. !!Eso me motivaba mucho!!.
Recuerdo también, que los asociados empezaron a ver la empresa de otra manera, olvidaron que el principal objetivo de la empresa eran los proyectos productivos y la confundieron con una con fines de lucrativos. Esto llevó a la incursión en nuevos proyectos que no fueron muy bien vistos por la gerencia, por lo que trajeron un nuevo líder (Una persona con menos carisma social y menos conocimiento técnico). Por todos los medios posibles traté de permanecer, pero definitivamente el nuevo liderazgo marcó un nuevo horizonte del que definitivamente NO QUERÍA HACER PARTE.
Esto me ha dejado una lección importante, que he ratificado en el resto de mi formación profesional y experiencia laboral: “La mejor manera de motivar a una persona, es NUNCA DESMOTIVARLA”
Estar motivado no es más que TENER UN MOTIVO, una razón para moverse en pro de algo. Por eso, cuando una empresa considera que los empleados han perdido el amor, muy seguramente sea responsabilidad del líder de la organización. ¿Recuerda usted algún profesor de colegio que le haya hecho amena una clase que originalmente era muy aburrida para usted?, si lo piensa bien, notará que el problema nunca fue la clase (seguro usted estará pensando en matemáticas), sino el profesor, pues según sea su método, conocimiento, habilidad y pasión para transmitir el tema, así mismo será el interés que muestre el grupo para con la clase.
En las empresas pasa igual, el líder es el responsable de mantener el rumbo que hizo que los miembros de la empresa se enamoran de ella, sin importar cuál sea la razón. Al momento de contratar, usted debe identificar las motivaciones de sus colaboradores y una vez validadas con su identidad corporativa, se concreta la contratación. Pero el proceso no termina aquí, para que esta persona mantenga el mismo ánimo, usted debe garantizar que aquello que lo enamoró al principio, siga en pie, por trate siempre de:
Todas las empresas van implementando cambios con el pasar de los años, lo cual es normal, pero si usted cambia de visión (cualquiera que sea la causa) es muy probable que la gente que lo acompañó al principio, no lo siga más, sobre todo, si el nuevo cambio no ha sido compartido de manera exitosa, o aunque se hizo, el equipo no se identificó con ella.
Si una persona quiso hacer parte de su empresa, fue porque creyó en su visión, por ello, cuando haya logrado los sueños trazados para la empresa, no se le olvide compartir la gloria con los “soldados que batallaron con usted”. Aunque las personas, si usted las elige bien, no trabajan por dinero solamente (aunque todos lo necesitamos), es importante considerar: ascensos, capacitaciones, bonos y aumentos salariales en la medida de las posibilidades de la empresa. Esto nunca debe utilizarse como una forma de comprar a las personas, ni mucho menos con la intensión de convertirlo en una obligación ineludible, sino solo en aquellos momentos cuando sea prudente y necesario, luego de haber luchado mucho por un fin.
Logre que su empresa represente un reto permanente para las personas. Evite a toda costa convertir el trabajo en algo monótono y aburrido, pues si las personas que están con usted, se enamoraron de la empresa y siguieron su visión, seguramente son grandes profesionales y los grandes profesionales buscan superarse constantemente. Por esto usted debe lograr que la empresa evolucione y escale peldaños cada vez más grandes, pues esto será una invitación constante para que el equipo busque la superación y entonces, logrará mantener la “chispa encendida”.
Estoy seguro que si logra vincular estos consejos a su estrategia empresarial, logrará ser un jefe exitoso, tener una pyme bien dirigida y hará #fácilgerenciar.
¿Qué consejo brindaría usted a otros gerentes para mantener el amor por la empresa?
