7 noviembre, 2014
Al pensar en los gerentes es inevitable hacerse la imagen de aquel señor bajito, canoso y calvo de la oficina donde muy pocos quiere entrar. Ese mismo cuya única función parece ser gritar, exigir, cuestionar y evaluar el trabajo de todos, pero que en realidad lleva sobre sus hombros una carga más pesada y que pocos pueden ver a causa de su aislamiento voluntario.
La sociedad ha cambiado, el mundo parece girar más rápido y las nuevas generaciones carecemos de la sumisión que caracterizó a generaciones pasadas, hoy todo es cuestionado, debatido y discutido, por lo que el gerente actual debe entender los cambios del entorno si quiere llevar a su empresa al siguiente nivel. Hoy queremos compartirle algunas actitudes y virtudes que deben caracterizar al gerente contemporáneo.
Actualmente las empresas enfrentan desafíos mucho mayores: los avances tecnológicos, la globalización y la constante necesidad de innovar hacen que la gerencia debe estar al frente de la línea de batalla sorteando las dificultades y dando tranquilidad al equipo. Una persona puede ser débil de carácter, pero un líder no debe darse ese lujo, mucho menos gerenciando en ésta época.
El gerente de hoy debe ser de mente abierta, imaginar y ver como posible lo que otros consideran absurdo e inalcanzable. En estos momentos de la historia empresarial cualquier cosa puede suceder y todo se puede lograr, tenemos productos que hace 10 años solo se veían en películas. Sólo hará la diferencia aquel que se atreva a pensar y actuar primero.
Pasamos gran parte de nuestro día en una empresa, lo más sano y normal es que me traten como lo haría mi familia. Tener la capacidad de humanizarse con el equipo, sentir como lo hacen y bajar la gerencia del pedestal en que estaba para involucrarse con las distintas áreas es indispensable para proyectar la organización y ganarse el respeto de todos. Las personas deben tener líderes y no sólo jefes, deben saber que pueden contar con aquel que te está mostrando el camino y no pensar que solo está para exigir y no para ayudar.
Quizá usted haya dirigido su empresa hasta ahora sin considerar estos aspectos, pero pregúntese: ¿no será la carencia de estos lo que le ha ocasionado tantos dolores de cabeza? Recuerde que el mundo seguirá evolucionando y usted debe empezar a evaluarse si quiere que su empresa siga en la batalla que hoy se ha convertido el mundo empresarial.
